Los últimos veranos
de mi juventud
los pasé junto a ti,
los pasé junto a ti.
Y crecieron los problemas,
crecieron los problemas.
No fuimos la luz del mundo,
no fui la sal de la tierra.
No sé, tampoco estuvo mal,
no sé, tampoco estuvo mal.
Aunque lo importante
fueron esos momentos
en los que eras tú misma
y me hablabas de tus sueños.
Y siempre hay una excusa
para cada problema,
para qué solucionarlos
si al final todo se arregla.
No hay nadie a quien culpar,
no sé, tampoco estuvo mal.
Si no soy capaz
ni de levantarme
cómo voy a cuidarte
como tú te mereces.
Los últimos veranos ...
No sé, tampoco estuvo mal,
no sé, tampoco estuvo mal.
Si no soy capaz
ni de levantarme,
cómo voy a cuidarte
como tú te mereces.