Los últimos veranos de mi juventud los pasé junto a ti, los pasé junto a ti. Y crecieron los problemas, crecieron los problemas. No fuimos la luz del mundo, no fui la sal de la tierra. No sé, tampoco estuvo mal, no sé, tampoco estuvo mal. Aunque lo importante fueron esos momentos en los que eras tú misma y me hablabas de tus sueños. Y siempre hay una excusa para cada problema, para qué solucionarlos si al final todo se arregla. No hay nadie a quien culpar, no sé, tampoco estuvo mal. Si no soy capaz ni de levantarme cómo voy a cuidarte como tú te mereces. Los últimos veranos ... No sé, tampoco estuvo mal, no sé, tampoco estuvo mal. Si no soy capaz ni de levantarme, cómo voy a cuidarte como tú te mereces.