Bajaba por la calle
gastando los tacones
cuando una silueta
se me hizo familiar.
La fe en la sombra vuela...
se funde en el asfalto
y una gruesa capa
inunda mi razón,
envenena mi cuerpo,
me hace hervir la sangre,
se me salen los ojos,
me los voy a pisar,
dándome cogotones
y raspándome en las vallas.
Maldita sea mi suerte,
¿pa qué te conocí?
"¿A dónde vas chiquillo?",
me gritaba mi amatxu,
"no seas gilipollas,
regresa pronto aquí".
"¿No ves que si la ves
te comerá esa muerte
maldita fue mi suerte,
¿pa qué te fui a parir?".
Pero yo, muy capullo,
no sé escuchar consejos,
me lavo las heridas
con vinagre y con sal.
Dándome cogotones
y raspándome en las vallas,
Maldita sea mi suerte,
¿pa qué te conocí?
Tan sólo con mirarla
se me evapora el coco
pues fíjate si un día
la volviera yo a abrazar.
Dándome cogotones
y raspándome en las vallas.
Maldita sea mi suerte,
¿pa qué te conocí?