Bajaba por la calle gastando los tacones cuando una silueta se me hizo familiar. La fe en la sombra vuela... se funde en el asfalto y una gruesa capa inunda mi razón, envenena mi cuerpo, me hace hervir la sangre, se me salen los ojos, me los voy a pisar, dándome cogotones y raspándome en las vallas. Maldita sea mi suerte, ¿pa qué te conocí? "¿A dónde vas chiquillo?", me gritaba mi amatxu, "no seas gilipollas, regresa pronto aquí". "¿No ves que si la ves te comerá esa muerte maldita fue mi suerte, ¿pa qué te fui a parir?". Pero yo, muy capullo, no sé escuchar consejos, me lavo las heridas con vinagre y con sal. Dándome cogotones y raspándome en las vallas, Maldita sea mi suerte, ¿pa qué te conocí? Tan sólo con mirarla se me evapora el coco pues fíjate si un día la volviera yo a abrazar. Dándome cogotones y raspándome en las vallas. Maldita sea mi suerte, ¿pa qué te conocí?