En cien trabajos gasto su vida,
entre sudores y desengaños,
sumando ausencias, angustias y años
como antesala de su partida.
Una tarjeta de jubilado,
manos vacías, tiempo sobrante,
ojos que miran hacia adelante
pero adelante solo hay pasado.
El jubilado, sombra de plaza,
perfil cansado y vista escasa.
Por toda su obra el jubilado
con lo que cobra come prestado.
La calle es lucha... ruidoso enjambre
y el solo escucha la voz del hambre,
el jubilado, tercera edad... gran olvidado,
vive en la gris soledad.
La vieja plaza, la vieja historia,
los nuevos pibes, nuevas palomas...
Flotando vuelven dulces aromas
que el solo huele con la memoria.
Si todo falta, si nada alcanza
como comprarle su sol al nieto
que exige urgencias saltando inquieto
sobre ese césped de la esperanza.
El jubilado en loco exceso
hoy se ha gastado sus pocos pesos,
habrá en su plato un pan de menos
pero más gratos serán sus sueños.
Remonta el pibe nuevo juguete
y al viento exhibe su barrilete
y el jubilado, crease o no
corre a su lado y hasta también sonrió.