En cien trabajos gasto su vida, entre sudores y desengaños, sumando ausencias, angustias y años como antesala de su partida. Una tarjeta de jubilado, manos vacías, tiempo sobrante, ojos que miran hacia adelante pero adelante solo hay pasado. El jubilado, sombra de plaza, perfil cansado y vista escasa. Por toda su obra el jubilado con lo que cobra come prestado. La calle es lucha... ruidoso enjambre y el solo escucha la voz del hambre, el jubilado, tercera edad... gran olvidado, vive en la gris soledad. La vieja plaza, la vieja historia, los nuevos pibes, nuevas palomas... Flotando vuelven dulces aromas que el solo huele con la memoria. Si todo falta, si nada alcanza como comprarle su sol al nieto que exige urgencias saltando inquieto sobre ese césped de la esperanza. El jubilado en loco exceso hoy se ha gastado sus pocos pesos, habrá en su plato un pan de menos pero más gratos serán sus sueños. Remonta el pibe nuevo juguete y al viento exhibe su barrilete y el jubilado, crease o no corre a su lado y hasta también sonrió.