Esto es una fantasía, un sueño.
Es la historia de un hombre,
Esto es una fantasía, un sueño...
Amaneció
Y se murió.
Nadie lloró,
Tan solo se quedó.
Y al morir
Dejó una mesa hecha con amor
Y con sus manos esto le escribió:
"a mis hijos".
Amaneció
Y desperté
Con la emoción
De tristezas que soñé.
La claridad
Borra la congoja de mi corazón
Cuando recuerdo lo que nos legó:
Una mesa tallada que decía
"a mis hijos".
Y recuerdo que las patas fueron torneadas con sus viejas manos,
Y la mesa de pesado roble, tan noble como él.
Y los niños que a ella se sentaron la lustraron con sus risas,
¡dios, aquellos fueron tiempos, dios!
Amaneció
Y se murió.
Nadie lloró,
Tan solo se quedó.
Qué triste es
Que no haya nadie para reclamar
Aquella humilde herencia que dejó:
Una mesa tallada que decía
"a mis hijos".