Esto es una fantasía, un sueño. Es la historia de un hombre, Esto es una fantasía, un sueño... Amaneció Y se murió. Nadie lloró, Tan solo se quedó. Y al morir Dejó una mesa hecha con amor Y con sus manos esto le escribió: "a mis hijos". Amaneció Y desperté Con la emoción De tristezas que soñé. La claridad Borra la congoja de mi corazón Cuando recuerdo lo que nos legó: Una mesa tallada que decía "a mis hijos". Y recuerdo que las patas fueron torneadas con sus viejas manos, Y la mesa de pesado roble, tan noble como él. Y los niños que a ella se sentaron la lustraron con sus risas, ¡dios, aquellos fueron tiempos, dios! Amaneció Y se murió. Nadie lloró, Tan solo se quedó. Qué triste es Que no haya nadie para reclamar Aquella humilde herencia que dejó: Una mesa tallada que decía "a mis hijos".