Ya nadie queda absuelto
del "sálvese quien pueda",
del "a río revuelto",
"calumnia que algo queda",
del "dos y dos son cuatro"
y los sueños son mentira
que yo sólo idolatro
el espejo que me mira.
Y yo como un idiota
que aún cree que el malo es Judas
no acepto una derrota
y me debato entre las dudas;
no acepto una derrota
y me debato entre las dudas.
Y debo decidir
enamorarse o morir, enamorarse o morir...
o simplemente escapar
al primer bar.
Y ya triunfó el discurso
del "arrajón del oro",
de "el que montó el concurso
se llevará el tesoro",
de "cualquier cosa vale"
que vale casi todo
y al que se queje dale
y que se joda en su lodo.
Y yo aún disidente
del dios de las verduras
me voy a que me cuente
el lobo, qué es la emboscadura,
me voy a que me cuente
el lobo, qué es la emboscadura.
Y debo decidir
enamorarse o morir, enamorarse o morir...
o simplemente escapar
al primer bar.