Ya nadie queda absuelto del "sálvese quien pueda", del "a río revuelto", "calumnia que algo queda", del "dos y dos son cuatro" y los sueños son mentira que yo sólo idolatro el espejo que me mira. Y yo como un idiota que aún cree que el malo es Judas no acepto una derrota y me debato entre las dudas; no acepto una derrota y me debato entre las dudas. Y debo decidir enamorarse o morir, enamorarse o morir... o simplemente escapar al primer bar. Y ya triunfó el discurso del "arrajón del oro", de "el que montó el concurso se llevará el tesoro", de "cualquier cosa vale" que vale casi todo y al que se queje dale y que se joda en su lodo. Y yo aún disidente del dios de las verduras me voy a que me cuente el lobo, qué es la emboscadura, me voy a que me cuente el lobo, qué es la emboscadura. Y debo decidir enamorarse o morir, enamorarse o morir... o simplemente escapar al primer bar.