Hace tanto tiempo que ando en este recorrido
que apenas sí me acuerdo adónde tengo que llegar;
tal vez mi consigna nunca fue un punto fijo,
tal vez el movimiento es la consigna primordial.
Esta noche, cuando menos,
nos podemos recostar:
ya después al despertar
la expedición podrá seguir.
Aunque yo quisiera renunciar a mi destino
inevitablemente se dibuja frente a mí.
No es cuestión de fe ni de credos o principios;
es un impulso interno que no deja de latir.
Esta noche, cuando menos,
nos podemos recostar:
ya después al despertar
la expedición podrá seguir.
Si los hombres son sólo preguntas sin respuesta
las cosas son respuestas sin preguntas ni ansiedad.
Esta noche, cuando menos,
nos podemos recostar:
ya después al despertar
la expedición podrá seguir.