Hace tanto tiempo que ando en este recorrido que apenas sí me acuerdo adónde tengo que llegar; tal vez mi consigna nunca fue un punto fijo, tal vez el movimiento es la consigna primordial. Esta noche, cuando menos, nos podemos recostar: ya después al despertar la expedición podrá seguir. Aunque yo quisiera renunciar a mi destino inevitablemente se dibuja frente a mí. No es cuestión de fe ni de credos o principios; es un impulso interno que no deja de latir. Esta noche, cuando menos, nos podemos recostar: ya después al despertar la expedición podrá seguir. Si los hombres son sólo preguntas sin respuesta las cosas son respuestas sin preguntas ni ansiedad. Esta noche, cuando menos, nos podemos recostar: ya después al despertar la expedición podrá seguir.