La vida va deprisa,
mis fuerzas paralizan tu ser,
mi espíritu.
Tú me llamas, yo me niego,
a veces me desespero:
soy así, qué voy a hacer.
Oye Jesús, mírame,
pon tu luz, libérame.
De tejas para abajo
sólo se verán
estúpidos problemas
de esta sociedad:
trabajo y más trabajo
para disfrutar y el mal
sabor de boca que
el dinero da.
A ver si con el cuento
de sobrevivir,
me quedo yo en el mundo
y no puedo salir.
Mis fuerzas se derriten
si no estás aquí,
en rejas de cristales
no puedo vivir.
Quiero yo descubrir
la verdad que hay en mí,
qué me has dado, Tú, Dios,
que estás en mi interior.
Tu Espíritu me guía en el dolor,
tu Vida es quien me da la inspiración,
yo quiero ver aún más allá
de esta vida material
donde falta un poquito más de sal.