La vida va deprisa, mis fuerzas paralizan tu ser, mi espíritu. Tú me llamas, yo me niego, a veces me desespero: soy así, qué voy a hacer. Oye Jesús, mírame, pon tu luz, libérame. De tejas para abajo sólo se verán estúpidos problemas de esta sociedad: trabajo y más trabajo para disfrutar y el mal sabor de boca que el dinero da. A ver si con el cuento de sobrevivir, me quedo yo en el mundo y no puedo salir. Mis fuerzas se derriten si no estás aquí, en rejas de cristales no puedo vivir. Quiero yo descubrir la verdad que hay en mí, qué me has dado, Tú, Dios, que estás en mi interior. Tu Espíritu me guía en el dolor, tu Vida es quien me da la inspiración, yo quiero ver aún más allá de esta vida material donde falta un poquito más de sal.