Hay mucho revuelo
al lado de ti,
como un caramelo
quieren conseguir
tu favor.
Pero nadie sufre,
nadie quiere ver
a un Cristo colgado
de manos y pies,
la verdad.
Hay mucho folklore
al lado de ti
pero sólo estaba tu madre
en la cruz y junto a la puta,
tu hermano Juan,
nosotros huimos
junto a los demás.
Hay mucha mentira
cuando la verdad es
que te matamos
cada día más.
Hay muchas pijadas,
delante en la cruz,
pero nadie quiere
ser igual que Tú.
Hay mucho de cambios,
de astucias, de miedos,
de juicios de bar...
Perdónanos, Padre.
Si volviera Cristo al mundo
otra vez, miraría a su Iglesia,
lloraría también,
-pobre Jerusalén-,
cortarían sus manos,
clavarían sus pies,
harían un congreso de pobres,
tal vez, pero no
cambiarían sus formas,
dinero y poder,
-mandar es más útil
que obedecer-,
tendrían en la Biblia,
frases que obtener,
un buen argumento
para defender
que hay que adaptarse
al mundo de hoy,
que hay que venderse,
que es a lo que voy,
menos peligroso es quitar
un salón que exponer
a crítica la institución.
Hay mucho de cambios,
de astucias, de miedos,
de juicios de bar...
Perdónalos, Padre.
Ay de mí si yo me callara,
si no respondiera a tantas
llamadas como hay.
Si buscara mi vida
y no evangelizara
o pusiera delante
proyectos de nada, no.
Hoy más que nunca
hace falta tu esfuerzo,
hace falta tu vida,
hace falta tu tiempo,
hace falta silencio
y hace falta tu voz,
hace falta alegría,
hace falta el Amor.
Falta gente muy libre,
gente con valor,
gente que sepa decir que no,
que sienta en su vida
la necesidad de ser
un profeta de la humanidad.
Un mundo sin cambios,
ni astucias, ni miedos,
ni juicios de bar...
Perdónanos, Padre.
(Perdona a tu hijo,
perdona a tu pobre hijo,
cura las heridas,
perdona a tu pobre hijo;
sé que me curas,
Tú eres así,
toma mi corazón)