Hay mucho revuelo al lado de ti, como un caramelo quieren conseguir tu favor. Pero nadie sufre, nadie quiere ver a un Cristo colgado de manos y pies, la verdad. Hay mucho folklore al lado de ti pero sólo estaba tu madre en la cruz y junto a la puta, tu hermano Juan, nosotros huimos junto a los demás. Hay mucha mentira cuando la verdad es que te matamos cada día más. Hay muchas pijadas, delante en la cruz, pero nadie quiere ser igual que Tú. Hay mucho de cambios, de astucias, de miedos, de juicios de bar... Perdónanos, Padre. Si volviera Cristo al mundo otra vez, miraría a su Iglesia, lloraría también, -pobre Jerusalén-, cortarían sus manos, clavarían sus pies, harían un congreso de pobres, tal vez, pero no cambiarían sus formas, dinero y poder, -mandar es más útil que obedecer-, tendrían en la Biblia, frases que obtener, un buen argumento para defender que hay que adaptarse al mundo de hoy, que hay que venderse, que es a lo que voy, menos peligroso es quitar un salón que exponer a crítica la institución. Hay mucho de cambios, de astucias, de miedos, de juicios de bar... Perdónalos, Padre. Ay de mí si yo me callara, si no respondiera a tantas llamadas como hay. Si buscara mi vida y no evangelizara o pusiera delante proyectos de nada, no. Hoy más que nunca hace falta tu esfuerzo, hace falta tu vida, hace falta tu tiempo, hace falta silencio y hace falta tu voz, hace falta alegría, hace falta el Amor. Falta gente muy libre, gente con valor, gente que sepa decir que no, que sienta en su vida la necesidad de ser un profeta de la humanidad. Un mundo sin cambios, ni astucias, ni miedos, ni juicios de bar... Perdónanos, Padre. (Perdona a tu hijo, perdona a tu pobre hijo, cura las heridas, perdona a tu pobre hijo; sé que me curas, Tú eres así, toma mi corazón)