Sólo dos tipos que el amor conjugan
sobrevivientes del ayer presumo
dos corazones que se desdibujan
y se convierten por demás en uno.
Dos compañeros de pupitre y tiza
que presintieron las empresas vanas
intercambiando el lecho y la camisa
de aquel colegio con tantas ventanas.
Un par de amigos desafiando al coro
de lo que huyó prendado de la nada
dos camaleones que en diverso aforo
cantan al cielo en la penumbra helada.
Hoy sin recato y con mayor color
vivimos lo que se remueve
al fin y al cabo somos lo mejor
de aquella clase del 69.