Sólo dos tipos que el amor conjugan sobrevivientes del ayer presumo dos corazones que se desdibujan y se convierten por demás en uno. Dos compañeros de pupitre y tiza que presintieron las empresas vanas intercambiando el lecho y la camisa de aquel colegio con tantas ventanas. Un par de amigos desafiando al coro de lo que huyó prendado de la nada dos camaleones que en diverso aforo cantan al cielo en la penumbra helada. Hoy sin recato y con mayor color vivimos lo que se remueve al fin y al cabo somos lo mejor de aquella clase del 69.