No es más que un buen muchacho,
cuando pasen revista,
con el sol por delante
y el poniente a la vista.
No será pues, un genio
cuando poco, un cronista
portavoz del ingenio
despejado y bromista.
No es más que un buen muchacho,
aunque no lo precisa,
con la espuma en la estrella
y el reflejo en la risa.
Todo lo que condena
de aquel par de consejos
es que suenan a arena
por sobre los espejos.
No es más que un buen muchacho
y aunque no se lo diga
preside mi marea,
cuando la mar castiga.
El mayor de mis barcos,
capitán de flotilla,
mi patrón, mi bandazo,
mi boomerang, mi orilla.
No es más que un buen muchacho
que al doblar de la esquina
no ve todo el alero
pero se lo imagina.
Cuando me lo requiera
acudiré a su cita
podrá hacer lo que quiera,
ya no me necesita.