No es más que un buen muchacho, cuando pasen revista, con el sol por delante y el poniente a la vista. No será pues, un genio cuando poco, un cronista portavoz del ingenio despejado y bromista. No es más que un buen muchacho, aunque no lo precisa, con la espuma en la estrella y el reflejo en la risa. Todo lo que condena de aquel par de consejos es que suenan a arena por sobre los espejos. No es más que un buen muchacho y aunque no se lo diga preside mi marea, cuando la mar castiga. El mayor de mis barcos, capitán de flotilla, mi patrón, mi bandazo, mi boomerang, mi orilla. No es más que un buen muchacho que al doblar de la esquina no ve todo el alero pero se lo imagina. Cuando me lo requiera acudiré a su cita podrá hacer lo que quiera, ya no me necesita.