Pobrecita mi nostalgia...
¡cuánto te extraña!,
cuando a veces la distancia,
nos pone alas.
Pobrecita mi nostalgia...
¡cómo te llama!,
por las calles de mi alma,
desesperada.
(estribillo)
Pobrecita mi nostalgia...
¡si yo pudiera
consolado consolarla!,
¡que más quisiera!
Suele a veces hasta el alba
quedar despierta
y yo le canto una nana
para que duerma.
Son en vano los intentos
de convencerla;
se arrincona pecho adentro
contra mis penas.
(estribillo)
Pobrecita mi nostalgia,
siempre conmigo;
es como una sombra blanca
buscando abrigo.
El abrigo de un regreso
que se hace largo;
que no sale por travieso
de su letargo.