Pobrecita mi nostalgia... ¡cuánto te extraña!, cuando a veces la distancia, nos pone alas. Pobrecita mi nostalgia... ¡cómo te llama!, por las calles de mi alma, desesperada. (estribillo) Pobrecita mi nostalgia... ¡si yo pudiera consolado consolarla!, ¡que más quisiera! Suele a veces hasta el alba quedar despierta y yo le canto una nana para que duerma. Son en vano los intentos de convencerla; se arrincona pecho adentro contra mis penas. (estribillo) Pobrecita mi nostalgia, siempre conmigo; es como una sombra blanca buscando abrigo. El abrigo de un regreso que se hace largo; que no sale por travieso de su letargo.