La noche era una llama, la luna estaba tierna, agosto era un suspiro, de cálidas estrellas. El mar se deshacía mojado en tus caderas, la arena entre tus labios jugaba con mi lengua. Y empapados de agua y luna, enlazados cuerpo a cuerpo recorrimos las espumas hasta el fin del Universo donde nace el Universo, cuando estalla el Universo, el Universo. Sentí que me sentías meciéndote por dentro las olas eran ritmos del mismo movimiento. Disuelto en tus entrañas de líquidos secretos desentrañaba el nudo de Dios y su Misterio. Y empapados de agua y luna, enlazados cuerpo a cuerpo recorrimos las espumas hasta el fin del Universo donde nace el Universo, cuando estalla el Universo, el Universo.