No puedo dejarte de ver arañando el silencio con tus ojos tratando de decir algo que las palabras nunca hubieran dicho mejor. Aquella mirada era el resumen de la noche posado en tus ojos con su lluvia, su viento y tu miedo al mar y aquel sueño que te conté. No puedo dejarte de ver describiendo una estrella descubierta por mí en tu erótica constelación que no cabe en los mapas del cielo. Tu mano dibujando en el aire era capaz de ponerle colores al espacio vacío que se llenaba con la luz de la estrella brillante. Cuida bien tus estrellas, mujer cuida bien tus estrellas, cuida bien tus estrellas, mujer cuida bien tus estrellas. Cuida bien tus estrellas, mujer. No puedo dejar de decir que hay idiomas perfectos por descubrir y que son olvidados frecuentemente en el tedio del tiempo y hay que buscarlos, porque los barcos y las piedras tienen abecedarios mejores para demostrar que son bellos sencillamente sin palabras o esquemas. No puedo dejar de decir que esta triste canción a tu lado oscurece que quizás este sea el último misterio que mirarán tus ojos nacer de mis manos, pues es tarde quizás para mí y Caín me ha marcado sobre la frente pero quiero alertarte de un gran peligro y quisiera encenderte esta frase en la mente. Cuida bien tus estrellas, mujer Cuida bien tus estrellas Cuida bien tus estrellas, mujer y que nunca las pierdas. (1969 no editada sino hasta el 2006)