No No tengo que cerrar los ojos para ver Para ver aquella tarde en que Noel y yo cantábamos Y nos interrumpían pidiéndonos Canciones de Manzanero No No tengo que cerrar los ojos para ver Para ver las servilletas del Hotel Nacional Decorando el Congreso Cultural Que las pusieron lindas casi psicodélicas y todo Pero ahora se han descosido Se doblan por las puntas y ya no es fresco comer ahí No No tengo que cerrar los ojos para ver Para ver las mallas de hilo tan mal hechas Que se tejen las niñas Que no pueden ir a Londres a comprarlas No No tengo que cerrar los ojos para ver Para ver a los pobres muchachitos Que arreglan como pueden sus pantalones Y los convierten en campanas Sordas o sórdidas No No tengo que cerrar los ojos para ver Lo mal que tiñen nuestros tintes Que se le caen de la ropa a las muchachas De cintas que quisieran ser tan brillantes Como el eastman-color Porque quien que haya visto Juega de masacre no ama el color para siempre No No tengo que cerrar los ojos para ver No tengo que cerrar los ojos para ver Lo que es nuestra moda a go-go Nuestros peinados Nuestros estilos de bailar siempre a la Retaguardia de cualquier extranjero No No tengo que cerrar los ojos para ver No tengo que cerrar los ojos para ver Que nuestros jóvenes Quieren esas cosas Que para verlas tengo que cerrar los ojos Y pensar el futuro No tengo que cerrar los ojos para ver No tengo que cerrar los ojos para verlos Ahora a ustedes apenas dentro del pequeño espacio De mi guitarra rompiéndose el alma y las manos Para vivir en un país de buenas servilletas Pantalones de campanas sonoras Y colores que hagan palidecer a Europa A Europa misma, sí A Europa ¡No tengo que cerrar los ojos para ver!