Te tengo en casa conmigo en casa vaso de vino, en el olor de la almohada en una foto pegada. Te tengo en casa conmigo; porque dos meses no alcanzan, diez cuadras no son distancia para poder olvidar. Te tengo en casa conmigo en un cartel de te quiero, también en ese bolero que yo escribí para vos, para vos, para vos. Te tengo en casa conmigo en una manta peruana un domingo a la mañana leyendo en el balcón y te veo en el patio por la ventana, en el teléfono que llama o en la mesa de algún bar. Y me alcanza con quedarme, en tu mirada donde aparecen las ganas de volver a comenzar. Te tengo en casa conmigo.