Vieja ciudad de hierro, de cemento y de gente sin descanso; si algún día tu historia tiene algún remanso dejarías de ser ciudad. Con tu cuerpo maltrecho por los años y culturas que han pasado, por la gente que sin ver, has albergado: el otoño para ti llego forzado. Ya que te han parado el tiempo, te han quitado la promesa de ser viento, te han quebrado las entrañas y el silencio, ha volado como un ave sin aliento. Se ha marchado lejos tu sonrisa clara y en tus azulejos han morado colores que son añejos y ahora ya no brillan más. Capital de mil formas, de recuerdos que se mueren entre el polvo, de tus carros, de tus fábricas y gentes que se hacinan y tu muerte no la sienten. ¿Qué harás con la violencia de tus tardes y tus noches en tus calles? Y tus parques y edificios coloniales convertidos en veloces ejes viales. Ya que te han parado el tiempo, te han quitado la promesa de ser viento, te han quebrado las entrañas y el silencio, ha volado como un ave sin aliento. Se ha marchado lejos tu sonrisa clara y en tus azulejos han morado colores que son añejos y ahora ya no brillan más.