Yo no quiero ser el que te diga qué está bien y qué está mal; porque como siempre vas a hacer lo que quieras igual. Yo no quiero ser el que esté en el medio, entre tu enfermedad y el remedio; yo no quiero ser ese, nunca más, nunca más. La tomo con calma, mejor salvar mi alma, hay cosas que mejor no hacer; llega la mañana y no puede ser peor, a menos que se ponga a llover. Aparte de una gran pena, siento en este momento por ti, vergüenza ajena, vergüenza ajena.