El muelles va recorriendo el arrabal cuando está bien le encanta saludar camina a saltitos, cruza sin mirar pero a veces le ves solo e inmóvil, sin hablar ni la lluvia ni freud, le saben despertar. él dice que hay un ángel en el pan un ángel de levadura, harina y sal que ofrece a cachitos para merendar brillan sus ojos al sol y comprendes en su voz que su conversación es solo corazón.