Tenía un zapato roto. Tenía un zapato sano. Me acerqué despacio, despacio. Mirando hacia todos lados. No hay que robar zapatos en los supermercados No hay que robar zapatos en los supermercados. Tomé el zapato nuevo. Metí adentro el pie. Dejé el zapato viejo. Yo no robé: cambié. No hay que robar zapatos, en ese momento pensé. No hay que robar zapatos. en ese momento pensé. El guardián me dijo "Usted! Se está llevando un zapato!" Y yo empecé a correr. Ya casi iba ganando. No hay que robar zapatos, gritó una voz de mando. No hay que robar zapatos, gritó una voz de mando. Ahí empezó a tirar. Erró como cinco tiros. Después vino el bueno; me perforó el intestino. No hay que robar zapatos aunque no sean finos No hay que robar zapatos aunque no sean finos. Pegué un salto en el aire con mi zapato nuevo, con mi zapato viejo Y en el cuerpo un agujero. No hay que robar zapatos sin saber correr primero. No hay que robar zapatos sin saber correr primero. Hay zapatos que te matan. Zapatos como el mío. Zapatos calibre nueve y botas cuarenta y cinco. No hay que robar zapatos. Hay qué?