Desde el viento que arrastra tantas nubes como ángeles caídos. Desde este basto sótano de cielo, hasta el que dios no baja, pero igual llega el miedo. Desde aquí. Desde arriba. Mi país es una mancha verde. Una mancha tan verde que parece rosada. Sin embargo allá abajo es tan distinto. Hay glorias, pero glorias de bolsillo, campanillas y coimas, tangos viejos, almas verdes, almas de la estación, y almas podridas. Pero aquí, desde arriba, no se ve nada de eso. no se ve ni se nombra. Desde este basto sótano de cielo, con brincos de aire y pasos de azafata, mi país otra vez tiene misterio, quizás porque no puedo reconocer sus marcas. Desde aquí, desde arriba, no se ve ni se nombra, no se distingue nada, ni el corazón de oro, ni la cola de paja.