Será difícil de comprender que, a pesar de estar ahora aquí, soy del pueblo y jamás lo podré olvidar. Debéis creerme, mis lujos son solamente un disfraz, un juego burgués, nada más: las reglas del ceremonial. Tenia que aceptar, debí cambiar y dejar de vivir en lo gris, siempre tras la ventana, sin lugar bajo el sol. Busqué ser libre pero jamás dejaré de soñar, y solo podré compartir la fe que queráis conseguir. No llores por mi, Argentina, mi alma esta contigo, mi vida entera te la dedico. Mas no te alejes, te necesito. Jamás poderes ambicioné. Mentiras dijeron de mí. Mi lugar vuestro es, por vosotros luché. Yo solo quiero sentiros muy cerca, poder intentar abrir mi ventana y saber que nunca me van a olvidar. No llores por mi, Argentina. No llores por mi, Argentina, mi alma esta contigo, mi vida entera te la dedico. Mas no te alejes, te necesito. Qué podré decir para convenceros de mi verdad. Si aun podéis dudar mirad mis ojos como lloran de amor.