Te he visto parada,flotando en las esquinas Y en corredores donde la vida no espera a nadie. Te he visto bracear en profunda laguna Con nadadores que hablan cautivadoras lenguas. Te he visto rezar en blancas iglesias Con recogidas mujeres vestidas de púrpura. Querías cabalgar la eternidad. Querías cabalgar la inmensidad. Estribada en destello,fugaz. Querías cabalgar la inmensidad. Delirabas entre nubes de plomo y mármol. De la más fina seda los hilos de tu confusión. Viajando sola por las selvas de navajas y hoces. Desgarrada por la fiera,adormecida en la quimera De un paraíso sin dolor. Te he visto desatada en la euforia,en el llanto. Anegada,poseída por ese quebranto Que te arrasa,de viento huracanado la mirada. Delirabas entre nubes de plomo y mármol. Torrentera cayendo a lo más bajo de la humana condición En tu máquina del tiempo tuneada En esperpento y espasmo. Engalanada en las aceras,levantando clientela Hacia la última carrera donde no habría ganador. Querías cabalgar la eternidad. Queriendo cabalgar la inmensidad. En tu delirio,en tu fragilidad, Deslumbrada de estéril verdad.