El verbo se hizo carne, carne tuya y mía, y conjugó entre nosotros, nosotros ... Llévame contigo, a la cumbre más alta para tentarme con mil ciudades de oro y carne que pondré a tus pies ... Aparta de mí tus labios, son puñales sus palabras traidoras. Acércame todos sus besos que me matan dulcemente y en silencio. Aleluya, Aleluya ... Aleluya, Aleluya ... Aleluya, Aleluya ... Condéname por los siglos de los siglos, a vivir clavado a tu carne apasionada. La sangre que emane de mis manos purificarán tus pensamientos. Flagélame ... si merezco penitencia somos la herida. ? Ponme si el deseo te lo obliga la corona de espinas que quede eternamente en tus pupilas grabado el rostro del que más te amó. Crucifícame si no te tiembla el pulso, crucifícame pero hazlo con los clavos de tus ojos con los golpes de tu corazón. Aleluya, Aleluya ... Aleluya, Aleluya ... Aleluya, Aleluya ... Recíbeme, en tu regazo cuando caiga te lo suplico, Junto a tu vientre consumado mi bien amada te encomendaré mi espíritu. Aleluya, Aleluya ... Aleluya, Aleluya ... Aleluya, Aleluya ...