Rodrigo, valiente, que osas venir, ¿de dónde viene tu audacia? retira tus pasos, que pierdo mi honor, retira tus pasos por gracia. Vengo, Señora porque yo he de morir, y antes que muera quiérome despedir y este inmutable amor que nace en mi corazón no aceptará morir sin homenaje a vos. Rodrigo, morirás y mi pena vengaré. Huye, no vuelvas más pues si quedas yo no olvidaré. Cuando el momento en que olvidaré. ¿Dónde tu gran valor que a los moros ajustició? ¿dónde tu gran valor que a mi padre asesinó? Temes ahora, ¿dónde enfermó tu honor? Pues que resentís mi antiguo proceder, a don Sancho iré sin derecho a vencer, y le respetaré pues os defiende a vos, a su mano honraré la vuestra que me perdió. Corro a mi suplicio, Gimena, de mi amor. Si el honor, a pesar de tu pasión, lo prefieres a mi amor, vete sin querer morir si ya no quieres vivir. Sin ser vencido ni victorioso, clamarán: Amada Gimena. Quiso la muerte antes que el odio y el resentimiento de Gimena. Si es que me amas todavía, ay, Rodrigo de mi amor, sal vencedor de este combate, del que Gimena es galardón. Clamo a los valientes del mundo a luchar contra Don Rodrigo amado por Gimena, Gimena.