No le temo a la vida ni a la muerte cuando siento en mi pecho palpitar tu corazón, no hay poder en el mundo que consiga doblegarme por la fuerza a su razón cuando eres tierra, cuando soy agua. No hay misterio que oculte su secreto cuando siento en tu cuerpo que el principio es el final, que la vida es el sueño que me acuna Por tu vientre más allá del bien y el mal cuando eres tierra, cuando soy agua. Y si al fin no somos mas que polvo, seamos polvo, seamos polvo nada más... mas polvo enamorado. No hay becerros de oro suficientes, ni perfumes de incienso ni coronas de laurel que consigan sembrarme ni la duda de alejarme un sólo instante de tu piel cuando eres tierra, cuando soy agua. No me importa instalarme en la locura, ese infierno divino donde Dios y Lucifer inventaron al ángel y al demonio que conviven en tu cuerpo de mujer Cuando eres tierra cuando soy agua.