Regresaba de mi tierra y al cruzar por la frontera me pregunta un oficial que cumpliera mis deberes que si yo tenía papeles se los tenía que enseñar. Y mientras los revisaba escuché que murmuraba algo que me hizo enojar ya con tantos emigrados muchos norteamericanos no pueden ni trabajar. Le dije muy enojado eso que tú has murmurado tiene mucho de verdad los latinoamericanos a muchos americanos le han quitado su lugar. Si muy duro trabajamos tampoco no nos rajamos si la vida hay que arriesgar en los campos de combate nos han echado adelante porque sabemos pelear. Aquí nacieron mis hijos que ignorando los prejuicios y la discriminación su patria los reclamaba y en el campo de batalla pusieron el corazón. Allí nadie se fijaba que Hernández ellos firmaban eran carne de cañón quizá mis hijos tomaron el lugar que no llenaron los hijos de algún sajón. Si en la nómina de pago encuentras con desagrado mi apellido en español lo verás en otra lista que a la hora de hacer revista son perdidos en acción. Mientras esto le gritaba el emigrante lloraba y dijo con emoción puedes cruzar la frontera esta y las veces que quieras tienes más valor que yo.