Pepe, un amigo del barrio, bohemio de ley, no es ningún otario. Poeta de ocasión, maneja el vocabulario, ese que aprendió de los sabios. De esos gastadores de estaño, de hueso y baraja arriba de un paño. Y en los burros una final de taco y tiza, y con un gesto, marcó la Isa. Que sale el sol, que se viene la mañana, amigos calavera, poner tu mejor cara. Qué macana, qué macana, qué macana, las pilas que te quedan están muy sulfatadas. Qué macana, qué macana, qué macana, la noche es bella y a veces no dura nada.