Incluso cuando se sienten como romanos - de aquellos de la Época de la decadencia- Se rascan la memoria con las dos manos Sin poder hablar mÁs que con su silencio. Y ya no quieren hacerse amar Porque se dan muy poca importancia. EstÁn desesperados, Pero con elegancia.... Sienten la pendiente mÁs resbaladiza Que antaÑo, cuando su cuerpo aÚn era ligero. Y leen en los ojos de las hechiceras Que cincuenta aÑos es una provincia. Y queman su juventud moribunda Aparentando que les hace gracia EstÁn desesperados, Pero con elegancia... Y van atravesando los bares Donde ya son los mÁs viejos Salpicando con las propinas A callados camareros. Y les susurran barbaridades A hembras que casi estÁn rancias. EstÁn desesperados, Pero con elegancia... Conocen el peso de su cobardÍa Y pueden no perdonarse jamÁs; Y saben prescindir un dÍa y otro dÍa De eso que se entiende por felicidad. Y aunque ya casi no hay en quÉ soÑar Se sienten orgullosos Porque aÚn bailan sus almas. EstÁn desesperados, Pero con elegancia.