Amor mío, has de saber que uno tiene el alma negra de respirar el humo de los bares en los que tú nunca has de beber. Allí perseguí a mujeres ajenas, que lloraron conmigo o por mí, que me llevaron a sus casas para dejarme morir. Amor mío, antes de nada has de saber que no soy recomendable. No tengo alas para llevarte pero, si faltas, ¿cómo salvarme? ¿Cómo salvarme? Amor mío, allí olvidé que soy tuyo, que se hace de día también, que afuera me estarían esperando, y dónde diablos aparqué. Te vi pasar y blasfemar, y me escondí entre los portales para evitar que te cortaras con mi fracaso de cristales. Amor mío, antes de nada has de saber que no soy recomendable. No tengo alas para llevarte pero, si faltas, ¿cómo salvarme? ¿Cómo salvarme?