Felicítime a su hombre, Señora de mis Respetos, dígale que yo lo admiro por todo lo que ha logrado, dígale que pocos llegan hasta donde él ha llegado, además la tiene a usted, es un tipo afortunado. Felicíteme a su hombre y felicítese usted por esa cara de Virgen que el Señor le regaló, por ese porte de dama, por esos ojos tan lindos… ojos que seguramente le han ganado mil piropos y se los merece usted. Y discúlpeme señora pero qué boca la suya, qué de palabras bonitas deben de brotar de ella y qué besos tan divinos… pero que son para él. Felicíteme a su hombre y felicítese usted por esa cara de Virgen que el Señor le regaló, por ese porte de dama, por esos ojos tan lindos, ojos que seguramente le han ganado mil piropos y se los merece usted. Y discúlpeme señora pero qué boca la suya, qué de palabras bonitas deben de brotar de ella y qué besos tan divinos… pero que son para él. Felicíteme a su hombre que no cualquiera conquista a una mujer como usted