Por las calles voy hilando, el collar de mi pasión, por las calles voy contando las monedas de mi amor. Por la calle voy buscando la humedad de la razón, por la calle voy dejando la envoltura del dolor. Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor, por la calle voy cantando, con mi traje, mi canción. /Esto de jugar a la vida es algo que, a veces, duele/ bis. En mi casa, mi familia se adormila en su sillón, en mi casa se ha quedado a vivir la tradición. En mi casa las paredes se respetan como un dios, en mi casa hay una iglesia que se llama comedor. En mi casa, a mis padres, pero, a veces, en mi casa el silencio es lo mejor. /Esto de jugar a la vida es algo que, a veces, duele/ bis. En tu casa yo me pierdo yo me encuentro y al fin soy, en tu casa yo deshago, con mis manos, una flor. En tu casa yo inauguro hasta el último rincón, en tu casa yo me ahogo con el agua de tu voz. En tu casa hay señales que me dicen donde estoy, pero a veces, en tu casa, yo me encuentro y no soy. /Esto de jugar a la vida es algo que, a veces, duele/ bis. Y de nuevo, en la calle, me remiendo la ilusión, y de nuevo, en la calle, yo me muerdo el corazón. Y de nuevo, en la calle, yo me vuelvo parador y me ofrezco en barata sin abono y sin fiador. Y de nuevo, en la calle, yo me creo lo que soy, y pintándome de bueno voy cantando mi canción. /Esto de jugar a la vida es algo que, a veces, duele/ bis.