Pensé, de mis ensueños desterrarte, sin olvidar que marchitaste el amor que te ofrecí. Sin ti, voy por senderos muy lejanos, llevo caricias de tus manos que fueron gloria de ayer. Se bien, que tú de mí te has olvidado y que también te has entregado a un nuevo querer. /Mujer, aunque nunca volvieras, tú me has dado el milagro de llevarte en mi ser/ bis.