Suena un fueye, la luz está sobrando; se hace noche en la pista y sin querer en la sombra se arrinconan evocando a griseta, a Malena, a María Ester. La sombra que esta pista trajo el tango me obligan a evocarla a mí también; bailemos, que me duele estar soñando con el brillo de su traje de satén. ¿Quién pena en el violín? ¿Qué voz sentimental cansada de sufrir se ha puesto a sollozar así? Tal vez será su voz, auqella que una vez de pronto se apagó ¡Tal vez será mi alcohol tal vez....! Su voz no puede ser, su voz ya se durmió; tendrán que ser, nomás, fantasmas del alcohol. Como vos era pálida y lejana; negro el pelo, los ojos verde gris y también era su boca entre la luz del alba una triste flor de camín. Un día no llegó...quedé esperando... y luego me contaron su final... por eso con la sombra de los tangos la recuerdo vanamente má y más...