No hay noche que yo no te tanga aquí en un rincón de mis sueños, será que te he echado de menos todo este tiempo. Yo no aprendo a vivir en esta ciudad y la distancia es absurda, tu ausencia me pasa factura y te confieso, corazón, la soledad me cuesta tanto, tanto, tanto. Y duele la melancolía que no perdona un solo día, que se burla y me castiga con el recuerdo de sus gestos y su risa. Me dele la melancolía cuando le sueño aún siendo mía, sácame de este desastre para tocarte, abrazarte y curarme tantas heridas. En fin, era todo y no se que más puedo contarte de nuevo, que aquí el tiempo pasa muy lento sino te tengo. Y si tienes aún sitio para mi si aún te quedara algún beso, llámame niña y yo vuelvo te lo prometo, corazón la soledad me cuesta tanto, tanto, tanto. Y duele la melancolía...