Los herederos de la anarquía hoy son los mismos que llevan almas cargadas por la injusticia para ganar esta guerra. ¿Quiénes son los buenos? ¿Quiénes son los malos? ¿Quién es el mejor? Ya no importará cuando la injusticia, cuando la violencia puede corromper la sociedad. ¿Adónde iremos con esta farsa si los jerarcas apestan? Ya no es posible creen en nadie, hoy la confianza está muerta. Y los funcionarios con sus mercenarios nos manejarán, nos traicionarán. Huelo la anarquía, que todos los días crece un poco más en mi ciudad. Una vejez sin dignidad queda muy mal, ché, sociedad. No puedo ver a esos pobres chicos que mendigando nos piden muchas más cosas que una moneda para poder ser felices. Y los ignoramos, y nos escapamos. No les damos más posibilidad. Ellos son los hijos que de la anarquía sobrevivirán en la ciudad.