Estás enfermo si piensas todo el día en el s**o, no es nada bueno, no, no, estar hablando siempre de s**o. Pero hay una mujer desnuda en cada tarro de yogur, el cuerpo que jamás soñaste, en las hojillas de afeitar, en la pasta de los dientes, y a la hora de cenar, esa mujer blanca y desnuda que se ofrece y que se da. Estás enfermo si piensas todo el día en el s**o, no es nada bueno, no, no, estar hablando siempre de s**o. Pero hay una mujer desnuda que te trepa por la piel los pechos que jamás cantaste, flotando en el café, en el coche, en el asiento delantero, está otra vez esa mujer blanca y desnuda que te vuelve del revés. Si fuera equilibrado justo igual por igual el s**o que nos niegan con el s**o que nos dan en vez de tanto juego y tanta gente silbando me pasaría la vida... Estás enfermo si piensas todo el día en el s**o, no es nada bueno, no, no, estar hablando siempre de s**o. Pero hay una mujer desnuda dándole al bronceador y en el frescor de la playa y de su chicle se mastica su sabor, una mujer desnuda, puede haber incluso dos, esa mujer blanca y desnuda. Quién fuera de esa flor. Estás enfermo si piensas todo el día en el s**o, no es nada bueno, no, no, estar hablando siempre de s**o.