Contra el poder que nos enseña sólo aquella mitad, contra el poder de las verdades dobladas, contra el poder de quien conoce pero sangra de más, contra el poder de las canciones guardadas, contra el poder que nunca abraza a los que pueden pensar, contra el poder que nos vigila los pasos, contra el poder que siempre miente en nombre de la verdad, contra el poder que nos convierte en extraños. Contra el poder que debilita y nada da que sólo quita y deshace lo que está contra el poder. Contra el poder en cualquier forma que se dé. Contra la fuerza y mal uso de la fe, desde el poder. Contra el poder que abre una zanja entre el amor y el placer emparentando el bienestar y la herida, contra el poder que no distingue entre morir y crecer, contra el poder que compra y vende la vida, contra el poder que hace del padre ostentador del poder, contra el poder que nos obliga a engañarnos, contra el poder que hace a los hijos reinventar el poder, contra el poder de los que piensan ganando. Contra el poder que debilita y nada da que sólo quita y deshace lo que está contra el poder. Contra el poder en cualquier forma que se dé. Contra la fuerza y mal uso de la fe, desde el poder. Contra el poder que no descansa y se detiene a beber junto a las fuentes del sabor y el deseo, contra el poder que nos bendice en el hogar del poder, contra el poder del la ignorancia y los juegos. Contra el poder que debilita y nada da que sólo quita y deshace lo que está contra el poder. Contra el poder en cualquier forma que se dé. Contra la fuerza y mal uso de la fe, desde el poder.