Si de pronto no existes, si de pronto no vives, yo seguiré viviendo. No me atrevo, no me atrevo a escribirlo, si te mueres. Yo seguiré viviendo. Porque donde no tiene voz un hombre allí, mi voz. Donde los negros sean apaleados, yo no puedo estar muerto. Cuando entren en la cárcel mis hermanos entraré yo con ellos. Cuando la victoria, no mi victoria, sino la gran Victoria llegue, aunque esté mudo debo hablar: yo la veré llegar aunque esté ciego. No, perdóname. Si tú no vives, si tú, querida, amor mío, si tú te has muerto, todas las hojas caerán en mi pecho, lloverá sobre mi alma noche y día, la nieve quemará mi corazón, andaré con frío y fuego y muerte y nieve, mis pies querrán marchar hacia donde tú duermes, pero seguiré vivo, porque tú me quisiste sobre todas las cosas indomable, y, amor, porque tú sabes que soy no sólo un hombre sino todos los hombres