Hoy tiré viejas hojas, esas que hablaban del pasado. Terminé de escribir con el último aliento a las tres, quedan en la mesa las sonrisas que dejaste una vez al despertar. Hoy las dulces palabras que faltan están en mi pecho, susurrándole al alma la calma que debe tener. Suben en las sábanas caricias que hoy tendrán que esperar la piel que ama y no estás. Hoy me tiro en la cama y atrapo el amor en mi almohada, sólo espero encontrarla de nuevo en el sueño de hoy, mirando esos ojos como brillan dentro mío, listos para amar, para amar.